La bombilla, junto con el mate, es uno de los utensilios imprescindibles que utilizamos a diario para disfrutar de la infusión, este uso diario hace necesario limpiarla mensualmente, para evitar obstrucciones e incluso cambiar el sabor de la infusión. ; Por eso es fundamental incorporar el hábito de una correcta limpieza e higiene de nuestra bombilla de alpaca
Ver también: los secretos para encontrar la bombilla
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Cepillo de dientes, la mejor herramienta
Si queremos darle un nuevo aspecto a nuestra cubertería de alpaca, debemos pulirla adecuadamente. Para cumplir con esta tarea, lo mejor es usar ropa que se venda específicamente para esto. Con estas prendas podemos eliminar la suciedad más superficial.
El segundo truco es lavar los cubiertos con agua y detergente en un recipiente. Para asegurarse de que la suciedad se elimine por completo, se recomienda hacer correr agua caliente y utilizar un detergente líquido especialmente recomendado para lavavajillas.
¿Qué procedimientos puedo aplicar para limpiar la alpaca? que tendrá el mejor resultado. Por ello, se aconseja leerlo detenidamente o probar cada una de las siguientes instrucciones:
- Lo primero que debemos hacer es poner un poco de agua caliente en un recipiente de cristal y luego la añadiremos. el bicarbonato de sodio
- Removemos la mezcla durante 5 minutos, hasta que quede una pasta muy densa (para ello hay que espolvorear mucho bicarbonato de sodio).
- Luego disponemos del jugo de un limón maduro, batimos un poco más la mezcla y por último untamos esta masa alrededor de la alpaca. Use guantes de goma para esta operación, ya que el bicarbonato de sodio con limón puede reaccionar en la piel.
- Deja actuar por 20 minutos y enjuaga la alpaca con abundante agua.
Limpiar alpaca con jabón y detergente
Para limpiar la suciedad común de tus cubiertos de níquel, lo más recomendable es algún tipo de detergente o jabón. De hecho, este método es el indicado. utilizados para la rutina diaria, como en el caso de los cubiertos. Si quieres hacer una limpieza más profunda, lo mejor es hacerte con un recipiente y llenarlo de agua. Después de eso, agregamos unas gotas de detergente o jabón, mezclamos y agregamos las cosas adentro, remojando durante media hora. Pasado el tiempo, se enjuaga con agua y se seca antes de guardarlo. Si el objeto no es removible, se pasa un paño húmedo con la mezcla, se aplica directamente sobre la pieza y se enjuaga. Para evitar manchas de cal o jabón, se recomienda secar la superficie con un paño limpio y seco.
Si las manchas no salen con jabón o detergente, puedes limpiarlas con bicarbonato de sodio. Para ello se mezcla en una proporción de 1:1, obteniendo una pasta consistente y espesa. Deja que actúe sobre la mancha que quieras limpiar. Luego déjalo actuar unos minutos y, si aún está sucio, frótalo cuidadosamente con un paño suave en movimientos circulares, asegurándote de que la mancha desaparezca. Este remedio es muy adecuado para zonas irregulares y rugosas, ya que penetra en los recovecos donde más se acumula la suciedad y el polvo, sin dañarlo y dejándolo impecable. Por último, aclara con agua y deja secar.