Si tienes puertas lacadas en tu casa y no sabes cómo limpiarlas o quizás te has dado cuenta de que están manchadas o amarillas, en el blog de hoy te contamos cómo puedes hacerlo.
No es muy complicado limpiar puertas lacadas, lo más importante es limpiarlas al menos una o dos veces al mes, basta con un paño, agua y jabón neutro. Con esto encontraremos que mantienen el color y el brillo como el primer día.
Índice de contenidos
Cómo limpiar puertas de madera lacadas en blanco
Las puertas de madera lacadas en blanco son unas de las más utilizadas para interiores, ya que cuando se cubren con el líquido que lleva el “lacado”, quedan más . resistente, duradero y proporciona un aspecto limpio y bien cuidado. La ventaja de este tipo de material es que a pesar de que se llenan de polvo, basta con pasar un paño seco y se quita fácilmente.
Cómo limpiar adecuadamente las puertas lacadas
Por muy bonitas que sean estas puertas, su cuidado y conservación hace que debamos prestar mucha atención a este asunto y a cómo se hace la limpieza. Tienen una gran resistencia y durabilidad, aunque es necesario, junto con todos los muebles, limpiarlos a diario para que no formen polvo.
Para mantenerlo repetidamente basta con pasarle un trapo o plumero para que no queden marcas. No obstante, para una limpieza más profunda, te recomendamos utilizar diferentes productos para dejar tus puertas lacadas como nuevas.
Cómo limpiar puertas lacadas en blanco
Si necesita limpiar puertas interiores lacadas en blanco, el procedimiento será muy similar, con la particularidad de que el color blanco requiere un proceso de limpieza más cuidadoso. , ya que es mucho más fácil ver manchas o contrastes por no limpiar todas las piezas por igual.
Limpieza básica con jabón neutro
Si pretendes hacer una limpieza regular y no notas manchas de grasa muy severas o cualquier otro tipo de suciedad, la mejor opción es evitar los detergentes abrasivos y elegir un jabón de pH neutro. El método es muy sencillo y basta con tener a mano un paño suave y seguir estos pasos:
- Llena un recipiente con agua tibia y un chorrito de jabón neutro.
- Moja el paño (preferiblemente blanco) en el agua jabonosa y frota toda la superficie de la puerta.
- Aclara con otro paño de microfibra húmedo, pero solo con agua limpia para eliminar la suciedad del jabón.
- Al terminar, seca con una toalla.